Una vez más, el hijo de las estrellas se encuentra rodeado de mujeres en esta aventura que puede considerarse un episodio de transición. Para empezar, Kriss hará todo lo posible para impedir que recupere la memoria y —pese a la llegada inoportuna del príncipe Galathorn— se convenza de una vez por todas de que está destinado a convertirse en el terrible señor de las costas del mar Gris. Thorgal, sin embargo, dará por terminada esa relación y, tras caer fulminado por un rayo, se encuentra con Frigg, la esposa de Odín, en los jardines de Asgard, quien le promete que inscribirá de nuevo su nombre en el recuerdo de los dioses. Sin embargo, antes debe afrontar una peligrosa misión en Utgard, la tierra de los gigantes. Thorgal cumple con su cometido, aunque está a punto de fracasar. Por suerte, Swanée, una encantadora valquiria que le roba un beso de la manera más dulce que pueda imaginarse, lo salva en el último momento. La narración avanza con un ritmo constante y deja un mensaje claro: los autores han decidido romper ese largo ciclo en el que Kriss de Valnor se muestra más detestable que nunca. Ha llegado el momento derestaurar el orden y devolver al héroe la carga de supasado. Eso sí: tendrá que afrontar el peso de sus crímenes y recobrar el amor de una familia a la que no ha visto en años.