Pese a esa cubierta etérea de colores cálidos, La guardiana de las llaves es, sin embargo, una aventura de ritmo vertiginoso en la que Thorgal muere de manera implacable para renacer poco después. La historia no ofrece ni un respiro a nuestro héroe ni tampoco a su familia. Volsung de Nichor, que había desaparecido al cruzar la puerta del aire en Los tres ancianos del país de Arán, mata a Thorgal al dispararle una flecha por la espalda. Volsung, que acaba de robar el cinturón mágico de la Guardiana de las Llaves, se hace pasar por nuestro héroe tras adoptar su aspecto. El malvado cuenta con la ayuda de un enemigo monstruoso al que también se daba por muerto: Nidhogg, la temible serpiente. La trama discurre con rapidez, moviéndose a través del caos que provoca la repentina presencia de los dos villanos. La amabilidad del enano Tjahzi, que acompaña a Thorgal en esta ocasión, no logra contener este ritmo desenfrenado. Al final, el hijo de las estrellas toma una grave decisión: alejarse de su familia durante un tiempo para romper con el destino insoportable que parece acosarle. ¿Dará resultado?