Una vez más, Thorgal cae en las garras de Kriss. La indómita arquera consigue arrancarle un beso a nuestro héroe sin que este haga nada por impedirlo. A decir verdad, ¿podría haberse negado? No es la primera vez que Kriss de Valnor lo acecha ni tampoco le viene de nuevas que una mujer distinta a Aaricia pose sus labios sobre los del hermoso hijo de las estrellas —piénsese en Shaniah, en Vlana o en la mismísima Guardiana de las Llaves—,pero ese beso no augura nada bueno. La cuestión es importante, ya que todo este episodio se halla muy marcado por ciertas presencias femeninas a las que, por lo menos, cabría considerar perturbadoras.El desnudo de Kriss, por ejemplo, despierta un deseo irrefrenable no en Thorgal, sino entre las gentes del lugar. El acontecimiento, que pudiera parecer anodino, acaba por provocar una muerte y sume a los protagonistas en una trama infernal que cobra aires de venganza. Por si fuera poco, irrumpe en escena Alayin, quien ayuda a Thorgal a cumplir su gran anhelo: borrar su nombre de la memoria de los dioses para acabar así con el funesto destino que azota a su familia. Gracias a Alayin, o más bien a Taïmyr, lo conseguirá. Pero ¿a qué precio?