AUTORES MIGRANTES. RECUPERAR LA MEMORIA
EMILIO ÁLVAREZ, MANUEL BARRERO

Title:
Migrant authors. Recovering memory
Resumen / Abstract:
Listado de poco más de sesenta autores españoles que emigraron al mercado exterior durante el siglo XX, vinculando las fichas con sus biografías en el Catálogo de la cultura popular de Tebeosfera
Palabras clave / Keywords:
Emigración española, Migración profesional de historietistas/ Spanish Migration, Migración profesional de historietistas
Notas:
Pueden consultarse las biografías de todos los autores mencionados haciendo clic en el enlace inserto dentro del texto, en el nombre o firma del autor.

AUTORES MIGRANTES. RECUPERAR LA MEMORIA

 

Con motivo del número de Tebeosfera que hemos dedicado a los autores de historieta españoles que emigraron profesionalmente al mercado exterior hemos realizado una labor “subterránea” durante estos meses para intentar recuperar la memoria de algunos de ellos. Valoramos mucho hoy en día que nuestros jóvenes autores de cómic triunfen en el mercado estadounidense, y también que firmen contratos con reputados editores del mercado franco-belga. E incluso recordamos con nostalgia al “ejército” de artistas que conquistaron las revistas de horror en los setenta al otro lado del Atlántico, valorando todavía sus obras, que no dejan de reavivarse en reediciones y en obras divulgativas. Pero si cambiamos el enfoque y miramos un poco más atrás y al mercado europeo, resulta que hemos perdido la memoria de los muchos, muchísimos, cómics producidos por españoles. Es comprensible, porque eran historietas de escaso valor, policiales, bélicas, románticas, de horror, generalmente cortas, pero todas ellas resueltas con la mínima pulcritud y calidad. Para empezar a trabajar en suplir esa carencia y con afán recuperador, hemos trabajado por construir una mínima biografía de un puñado de nombres, algunos muy conocidos, otros no tanto, todos ellos dibujantes para otros mercados a través de agencias o que físicamente migraron para trabajar allí. Proseguiremos con esta tarea en el futuro, poco a poco, con la esperanza de construir un censo mínimo de los autores que abandonaron nuestra industria en busca de mejores horizontes. 

 

Los migrantes veteranos

Autores españoles que dibujaron en otros países hubo casi desde el nacimiento del medio. No olvidemos que algunos de nuestros autores satíricos, también historietistas, contribuyeron de manera considerable en la prensa argentina y uruguaya: Ricardo Sojo (o Demócrito) fue el fundador del semanario Don Quijote; el también español Eustaquio Pellicer fue el cofundador y dibujante principal de Caras y Caretas, periódico en el que trabajaron el jerezano Mayol, el gallego Cao o el asturiano Sirio; Rojas, figura importante de los primeros pasos de la historieta española, fue uno de los más importantes colaboradores en la revista argentina PBT ya estrenado el siglo XX, y hubo más.

Fragmento de una portada de O Mosquito, semanario portugués en el que trabajó C. Arnal.

En los años veinte y treinta se desarrollaron ampliamente la historieta y los tebeos en nuestra industria y son contados los casos de los autores que migraron al exterior en busca de trabajo, pero hubo quienes fueron reclamados por otros editores debido a la calidad de sus obras. Un caso ejemplar fue el de Cabrero Arnal, autor que cosechó gran éxito en Pocholo y vio traducidas sus historietas casi de inmediato en las revistas portuguesas O Mosquito y O Pirilau. Hubo otros autores españoles veteranos que vieron su obra publicada en el extranjero, aunque no lo harían en el comienzo de sus trayectorias, sino mucho más tarde y por diferentes razones. Por ejemplo, Alfonso Figueras se trasladó a Venezuela por un tiempo, el popular dibujante Schmidt destinó obras de humor para el mercado europeo a partir de los sesenta, al igual que hicieron Ángel Nadal y Conti, y no olvidemos que nuestro primer dibujante de superhéroes, Palacios, logró el reconocimiento internacional en Francia…

Dos portadas ilustradas por Vicente Roso: Bunty, para el mercado británico, y Mireille, para el francés.

Pero los autores que nos interesa rescatar aquí no son tanto los que trabajaban para una empresa que luego hacía con su obra lo que le apetecía, sin rentarle dividendos (imaginamos que eso hizo Bruguera con la obra de Batllé que también fue publicada en México), sino los que produjeron trabajos directamente para el mercado exterior, muchas de ellas inéditas en España aún. En algún caso fue a iniciativa propia y actuando personalmente, que es como procedió Álvarez Buylla, uno de nuestros primeros autores en publicar cómics en Estados Unidos gracias a su amistad con Al Williamson, o como ocurrió con Parras, Florenci Clavé, o los hermanos Laffond, que se afincaron en Francia y triunfaron. Pero el salto a otro mercado se dio generalmente utilizando un intermediario, un “agente”, que trataba con los editores de los países necesitados de dibujantes y que, luego, rendía cuentas con el autor español. Así, abrieron el camino dibujantes como Vicente RosoRamón de la FuenteJordi Nabau o Antonio Correa, ejemplo este último de autor bastante olvidado pese a que fue uno de los primeros en visitar las revistas de historietas británicas y uno de los últimos en abandonar las revistas alemanas dibujadas casi al completo por firmas españolas en el final del siglo XX.

 

La gran diáspora

El éxodo de autores hacia mercados extranjeros se inició en el final de los años cincuenta, y sería masivo en los años sesenta, hasta el punto de que algunos pequeños editores españoles se quedaron de repente sin autores de calidad para seguir manteniendo sus tebeos en el mercado. A través de agencias como Creaciones Editoriales, Bardon Art o Selecciones Ilustradas, entre otras, fueron publicando en México, Chile o Francia autores como López Espí, por ejemplo, que comenzaron a recibir tantos encargos procedentes del Reino Unido que tuvieron que dedicarse a dibujar casi en exclusiva para ese mercado, bien que luego los agentes redistribuían sus obras por Australia, Países Bajos, Alemania y los países escandinavos. Firmas que habían estado “siempre” ligadas a los tradicionales tebeos españoles, de repente comenzaron a aparecer en revistas de otras latitudes, como las de Liceras, Miguel Quesada, Leopoldo Ortiz, Hnos. Badía (Jordi y Enric), Brocal Remohí, GigarpeRipoll G, Bosch Penalva, Enrich, Tomás Marco… Todos ellos pasaron a trabajar más para editores de fuera que para el editor español, y muchas de sus obras no las veríamos nunca publicadas en castellano. A esas firmas conocidas les siguieron muchas otras, nombres totalmente desconocidos para muchos aficionados actuales porque apenas dibujaron para la industria española. Citemos algunos casos cuya biografía hemos redactado recientemente: Armando, Bertrán, Borrell, Buixadera, Castelló, Escandell, Espinosa, González Alacreu, HerranzRobert Llin, Javier Puerto, y, también hubo alguna mujer, como por ejemplo Geniés.

Dos páginas de Miguel Quesada para la serie The Trigan Empire, publicadas en Reino Unido y luego en toda Europa.

Hubo muchos más dibujantes que trabajaron en las revistas de historietas europeas durante los sesenta. No dejamos de lado las grandes firmas ligadas a SI (González, Giménez, García, Fernández, Beà, Boada, Breá, Campos y un largo etcétera), pero recordemos que el actual repaso se centra en gran medida en las firmas que raramente se recuerdan de aquella diáspora. Y para seguir con el repaso nos internaremos en la década de los setenta, en la cual hubo más autores que se sumaron al flujo migratorio. Firmas muy habituales en nuestros tebeos, como la de Cerdán o la de Claudio Tinoco, pasaron a engrosar ese flujo, pero la mayoría fueron autores no tan recordados por la afición de hoy, que aquí se relacionan por orden alfabético: M. Barrera, Bellalta, Julio Bosch, Buxadé, Juliana Buch, Cabrerizo, José María Cardona, Carrión, Casamitjana, Duarte, Mascaró, Masip, X. Musquera, Esteban Polls, entre otros. En el ámbito del cómic humorístico o infantil también hubo migrantes, como Borillo, Colomer, Estivill, García Lorente, Jaume Rovira, Sanchis o Sifre. Precisamente en este apartado, en el de los cómics para niños, es donde ha persistido la migración profesional, sobre todo por la demanda de autores para dibujar cómics de los universos de Walt Disney. Firmas como Calvet, Pineda Bono, Segura Moreno o Toni, entre otros muchos, han seguido siendo responsables de historietas de este tipo leídas en Alemania, Italia o Escandinavia durante los años ochenta y noventa. 

 

Tres páginas de un cómic de Disney dibujadas por Colomer, uno de los muchos españoles anónimos en esta empresa.

Sirva esta muestra, muy pequeña, de poco más de setenta artistas, para dar fe del mucho trabajo que nos queda por hacer para recuperar la memoria de nuestra historieta en el mercado exterior. Es una labor que debemos seguir haciendo, porque así sabremos reconocer nuestras carencias y necesidades, además de nuestras glorias.

Creación de la ficha (2019): Félix López
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
Emilio Álvarez, Manuel Barrero (2019): "Autores migrantes. Recuperar la memoria", en Tebeosfera, tercera época, 11 (31-X-2019). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 21/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/autores_migrantes._recuperar_la_memoria.html